domingo, 31 de enero de 2010

Capitulo 3


CAPITULO 3




Yo me he salvado
Yo estoy bien
Ahora cuenta me he dado
que hay mas niños maltratados


Tras una semana viviendo con ese chico, David, me sentía mas cómoda. Miles de adolescentes que me vieran rezarían o venderían a sus padres por estar en mi lugar, eso si, porque tan solo ven la parte en que estoy todo el día en el ordenador, tocando la guitarra, viendo el televisor o durmiendo, pero yo ya estoy harta, no puedo salir a la calle, los dedos los tengo destrozados, tenia ganas de oler los humos contaminantes de Barcelona y de que el sol se reflejara en mi blanca piel.

-David!! -Le grite tan fuerte que vino hacia mi asustado.
-¿que, has averiguado algo de mi?
-¿siempre que este en el ordenador y te llame me vas a hacer la misma broma? Llevas una semana con ella. -Me hizo una mueca y volvió a salir de la habitación.- No te vayas!
-¿que quieres peque? -Siguió caminando mientras hablaba hasta llegar al comedor y sentarse en una silla
-Llevo una semana encerrada, a de mas no averiguo nada de ti, creo que mis dedos son cinco centímetros mas cortos por culpa de las cuerdas de la guitarra, los ojo me duelen de la pantalla del ordenador y la tele, y ayer soñé que me quedaba encerrada y nunca veía la luz del sol! -Me estaba poniendo nerviosa sola-
-¿como has dicho todo eso sin ahogarte?
-Ehemm... eso... tu pasa de mi
-Vale, saldremos, pero solo al parque del otro día, así no te vera nadie.
-Mis padres no me echaran en falta así que no te preocupes, nadie se extrañara al vernos, se creerán que eres mi novio... -Tenia la pequeña esperanza de que lo que acababa de decir fuese mentira, pero me engañaba una vez mas, mis palabras eran verdad, no me echarían en falta.
-Ya... emm... vístete y vamos -Supongo que David no estaba preparado para esas palabras, me fui a mi habitación y me vestí, cuando lo hice David entro por mi puerta- ¿vamos?
-Claro... -Era raro, el ambiente que habia en esa casa y en ese mismo instante era molesto, había que cambiarlo, pero respire hondo y camine hacia la puerta.

El trayecto en coche fue... fue... ¿relajante? Se podría llamar así. Para llegar al parque pasamos justo por delante de mi antigua casa, los vi, veían la tele, creo que estaba en ella la misma señora que había escuchado unas noches anteriores, cuando vino mi padre borracho y me pego una nueva paliza. No me podía contener las lagrimas pero debía ser fuerte y hacerlo, cuando note como una pequeña gota de agua iba a empezar a llamar a sus hermanas e inundar mi cara corrí en apartármela con la mano, pero no sirvió de nada, empezaron a salir, fluían como el curso de un río en medio de la montaña mas empinada. David me miró y por primera vez me dirigió unas palabras cuando me vio hundida en la miseria “No te preocupes pequeña, todo a pasado, conmigo estarás bien, yo siempre te protegeré” Me hubiese gustado contestarle un “gracias” pero no podía, no tenia fuerzas ni para hablar, también pensé en abrazarle, pero estaba conduciendo y eso podía causar un accidente.
Llegamos al parque, aparcamos y al salir me cogió de la mano, me llevo cuidadosamente de la mano hasta el lugar donde nos vimos por primera vez.

-Es aquí... -le conteste mirándole fijamente a los ojos
-Sí, aquí te encontré y ahora nunca mas me separare de ti
-¿lo prometes?
-Lo prometo. -Quería besarle, fundirme en un largo beso con el, pero no sabia si debía así que me quede quieta y callada adorándole como una maldita idiota.
-¿me miras?
-Es que eres demasiado hermoso como para no hacerlo... -me senté en el suelo, como aquella vez que me encontró
-No digas eso, no lo soy, eres tu, que eres la chica mas preciosa y especial que e conocido en mi vida-se sentó el también, pero el lo hizo detrás mio rodeándome con sus piernas.
-No entiendo nada...
-¿A que te refieres?
-A que no se porque no me dices nada de ti, tengo miedo.
-No te digo nada de mi porque yo no tengo pasado, solo tengo presente y si tu sigues a mi lado, futuro, algún día lo entenderás todo, confiá en mi.
-Confío en ti, eres en la única persona en la que confío -le mire a los ojos, esos preciosos ojos verdes que tenia- no se si lo hago porque eres el que me a ayudado o porque estoy levemente enamorada de ti... -todo quedo en silencio, yo no sabia que hacer así que no hice nada, me volví a quedar como tonta mirándole, veía como cada vez se acercaba mas, así que me lance y le bese.
-Lo siento -Me alejé rápidamente de el.
-No debes sentirlo, si no hubiese querido abría parado, ven -me acerco a el rodeando sus brazos en mi vientre y apoyó su barbilla en mi hombro. -lo nuestro no puede ser.
-Y como no, no me contaras porque...
-No, no lo haré, lo siento, se que te mereces una explicación pero no me la pidas ahora por favor
-Tranquilo, no lo haré -me apoye en su hombro, no sabia que sentía.

Estuvimos un buen rato en la misma posición, uno apoyado en el otro sentados al lado de ese lago, en ese lugar mágico, en esos minutos quedo claro que ese seria nuestro lugar, el lugar de los dos, nuestro sitio especial. Estaba oscureciendo, así que David se digno a hablar.

-Debemos irnos, te llevare a cenar a un bar de aquí cerca
-De acuerdo -le volví a mirar, hacia un buen rato que no le veía ese precioso y perfecto rostro, esa media melena morena que tanto me encantaba, y cuando lo volví a ver fue un impacto en mi corazón, pero tenia que reprimir todos mis sentimientos hacia el.

Íbamos a irnos, nos íbamos a levantar pero justo en ese instante escuchamos unos gritos que se acercaban a nosotros así que decidimos escondernos, ya que parecía una pelea. Nos metimos entre los arboles, en la especie de mini bosque que ya había visto la primera vez que había ido a ese lugar, asomamos las cabezas mientras estábamos agarrados de las manos.

-¿Que estará pasando?
-Callate! Yo se que pasa... -David se quedo con ganas de preguntarme que pasaba, pero le había dicho que se callara de tal forma que parecía no atreverse.

Vimos como se acercaban hasta el lugar donde estábamos escondidos, un chico mas o menos de mi edad, o por lo menos lo parecía, y un señor de unos 40 años o mas, estaba oscuro y no se distingia muy bien. Hablaban alto, mejor dicho chillaban, el señor no paraba de decirle lo mal hijo que era, así que supuse que era su padre. Esa escena, esas palabras de ese señor que nunca había visto antes, esas palabras que dirigía al chico ese que tampoco conocía... me recordaron a las mañanas, las tardes, las noches, los días, los meses y los años en mi casa, en mi infierno, lo que me gritaba mi padre una y otra vez “Eres la peor hija que se puede tener” o lo que me decía mi madre al despertar “Debí abortar cuando me entere de tu minúscula existencia” me quede pasmada viendo esa escena, no podía mover ni un musculo, con dificultades pestañeaba y mi mente no paraba de decirme una y otra vez “sal y ayudale” pero el resto de mi cuerpo no hacia caso. El chico cayo al suelo mientras corría, cayo justo a unos centímetros de mi, David y yo estábamos en uno de los primero arboles de ese pequeño bosque escondidos y allí fue donde ese señor lo hizo, le dio el primer golpe. Le pegaba sin parar y el chico lloraba, le insultaba y pataleaba intentando escapar de sus golpes, pero no le funcionaba, creía que le iban a matar o que ese hombre le daría una paliza como la que me dieron a mi mis padres hacia a penas una semana.

-Debemos ayudarle -lo dije bajito e intente salir de entre los arboles para defenderle, pero no pude porque algo me sujetaba
-Quieta, no queras que te hagan lo mismo que le están haciendo a el...-David me sujeto, me tapo los ojos con la palma de su mano y me apretaba fuertemente contra el, yo conseguí liberarme de una de sus manos, mis ojos quedaron totalmente al descubierto.
El hombre cogió al chico por el brazo, un brazo lleno de sangre y moratones, después de cogerlo lo estuvo arrastrando por la hierva hasta que consiguió levantarse, entonces lo llevo a las fuerzas hasta un coche

-Vamos a seguirles!
-¿que dices?
-Vamos que se nos van a escapar! -eche a correr hasta donde estaba nuestro coche y David me siguió con las llaves en la mano, abrió el coche y nos montamos rápidamente- Corre! Arranca!
-Yo creo que esto no lo deberíamos hacer... -dijo mientras encendía el coche y empezaba a seguirles
-Entonces ¿porque me salvaste a mi? A los de mas niños no, pero a mi si ¿que tengo yo de especial?
-De acuerdo, le seguiremos -Me quede mirándole, pero rápidamente mire de nuevo hacia delante para ver a ese coche
-Lo que haces por no contestarme este tipos de preguntas
-No lo sabes tu bien -soltó una pequeña carcajada y siguió concentrado en la carretera.

Llegamos hasta donde yo esperaba llegar, la casa de ese chico. El hombre lo saco del coche y lo metió en casa, el se resistía pero no pudo con su padre y entró. Creíamos que no saldrían hasta mañana, así que apunte la dirección de esa casa en mi teléfono móvil. Ya estábamos preparados para irnos a cenar, me sabia fatal dejar a ese chico en un lugar donde seguramente le esperaba una paliza que no describían ni en los capítulos mas tenebrosos de la biblia, pero en ese momento no podía hacer otra cosa sin meterme yo y sin meter a David en problemas.
Para nuestra sorpresa alguien salio de la casa antes de que nos fuéramos, era ese hombre, se acercaba a nosotros así que debíamos disimular. Soy tan inteligente que para disimular se me ocurrió hacer como si fuéramos una pareja, y empece a besar a David, me sabían tan bien sus besos...

-Vosotros! Los que están intentando disimular. -picó en la ventanilla del conductor y en ese momento fue en el que nos dimos por pillados
-¿si? -dijo David con su voz temblorosa, era demasiado miedica
-No se quienes sois, no se que hacéis aquí y mucho menos porque nos seguís, no se si habéis visto algo de lo que a pasado, pero mas vale que no os metáis en nuestros asuntos familiares o tendréis serios problemas ¿capito?
-Estamos en España así que en español por favor -Le contesté con mis aires de superioridad y David me tapo la boca
-Esta borracha, lo hemos entendido y muy buen italiano, chao! -arranco rápidamente y nos fuimos.
-¿que haces?¿le tienes miedo a ese saco de complejos?
-Sí, porque no parecía un butanero, un arquitecto o algo por lo parecido
-No se, pero ese señor me suena
-¿de que?
-Creo que es amigo de mis padres, pero tranquilo
-¿¡Tranquilo?! Nos van a pillar!
-No, mis padres no me enseñaban en publico, vamos a cenar, tengo hambre -Con esas palabras acabo la conversación.

Tengo demasiado sueño como para abrir los ojos del todo pero hay algo que me molesta y no me deja cerrarlos así que lo intento hacer desaparecer con palabras que ni siquiera yo entiendo, tengo demasiado sueño como para ponerme a entender lo que yo misma digo. Parece que mis palabras animaron a ese algo y empezó a hablar, supuse que era David o el monstruo de las galletas, pero igualmente a ninguno de los dos les hice caso y seguí intentando dormir, hasta que me deje de tambalear y de repente me cayo agua sobre la cara, abrí los ojos como nunca antes lo había hecho, di un salto de la cama por culpa del susto y mire con mi típica mirada de “te mataré” a David. Después de eso le perseguí por toda la casa hasta que me canse y me tumbe en el sofá cogida a la almohada intentando dormir todavía mas, técnica que no funciono porque David se había propuesto despertarme temprano esa mañana. Cuando consiguió que pusiera los pies en el frío suelo, me tuve que duchar, vestir y desayunar, por suerte cuando salí de la ducha tenia el desayuno hecho, beicon, huevos, tostadas y zumo de naranja recién exprimido, todo olía genial, tenia una pinta alucinante y sabia todavía mejor.

-¿porque este desayuno? y ¿porque tanta comida? -preguntaba, pero mientras me metía un trozo de tostada en la boca
-Respira antes de tragar por dios! He hecho tanta comida para llevarle un poco a alguien...
-¿al chico de ayer?
-¿Podrías dejar que te diera una sorpresa por una vez?
-Perdón, me parece buena idea pero los niños maltratados comemos, simplemente nos pegan -Acabé de comer y nos íbamos a ir hasta la calle de ese chico, pero cuando estábamos montados en el coche nos dimos cuenta que se nos había olvidado la comida.

Definitivamente, tras treinta minutos dando vueltas sin saber a donde vamos, nos hemos perdido, no es muy normal perderse en tu propia ciudad pero David no parecía que hubiese vivido mucho aquí y yo hacia el camino de casa al instituto. Paramos y preguntamos a alguien, David tan inteligente como siempre fue a preguntar a un señor, que al verle la cara me di cuenta de que era mi padre, rápidamente me tape la cara con una manta que David llevaba en el coche.

-¿Me puedes decir donde esta la calle Ramon Sabadell? -cuando miró hacia arriba y le vio la cara, se quedo pálido como los muertos
-¿Tu que haces aquí?¿para que quieres ir allí?¿A quien tienes a tu lado escondido David?
-No me llames por mi nombre, no te interesa a quien tengo a mi lado
-Ya te amenace una vez, lo puedo volver a hacer ¿lo estas volviendo a intentar? -le cogió del brazo, por una vez David no estaba asustado ante problemas, pero esta vez lo estaba yo
-No pude hacé años, pero es lo justo, debe estar conmigo, yo le contare toda la verdad y tu dentro de poco estarás entre rejas
-Mira niñato, como me toques mucho los cogones tu y yo tendremos una charla en la que hablaremos poco ¿lo has entendido?
-Claro que lo he entendido. - A David le dio igual que le tuviese aun cogido y arranco, mi “querido” padre aparto la mano rápidamente. ¿que estaba pasando aquí?¿que significaba todo lo que habían dicho?

domingo, 24 de enero de 2010

Capitulo 2:



CAPITULO 2



Un golpe como cada día
es el que me desafía
esta vez gano yo
esto? un viaje sin retorno


Quiero gritar, gemir de dolor, pero no puedo, estoy tirada en mi cama, así me han dejado mis padres después de la gran paliza y así me he quedado sin poder moverme, sin poder dormir, sin poder pedir ayuda... La única articulación de mi cuerpo que puedo mover es el cuello, y no quiero hacerlo, pues, cada vez que lo hago veo mi cuerpo el cual esta casi desnudo, lleno de quemaduras, pequeñas marcas redondas que llaman mucho la atención ya que su color negro hace contraste con mi blanca piel... A parte de las quemaduras también hay moratones, mi cuerpo parecía el arco iris... lleno de colores, colores que no eran una buena señal. Debía levantarme, coger mis cosas y salir corriendo, daba igual el destino, daba igual lo que me esperara, cualquier cosa seria mejor que esta pesadilla. Intente incorporarme pero nada mas apoyar un poco de peso sobre mis manos caí de nuevo a la cama, las cuerdas con las que me habían atado habían dejado huella en mis muñecas y a penas las podía mover.

Doce de la mañana y por fin he podido reconfortarme un poco, debía hacerlo quisiera o no, ya que si no moriría de hambre, de sed o me mearía encima. Cuando mis pies descalzos tocaron el frío suelo me di cuenta de que no estaba bien del todo, las piernas se me tambaleaban y los pies parecía que los tenia en una hoguera, extraño, ya que el suelo estaba helado. Mire hacia la ventana, a penas entraba luz y eso que la persiana estaba totalmente abierta, habían nubes negras, era día de tormenta y frío. Hice el camino de mi habitación al baño, después fui hacia la cocina esquivando todos los muebles como si les sobresaliese unos pinchos de tres metros, si los rozaba aunque fuese un rasguño caería al suelo y dudo que pudiese levantarme... Cogí galletas, no quería cocinar, no estaba en condiciones de hacerlo. Cuando volví a mi habitación agarre una mochila, esta vez lo haría mejor que el día anterior, metí ropa y unos zapatos de repuesto en ella, de paso también introduje mi portátil y el cargador, si no me escapaba con ese hombre, el que se suponía que me iba a ayudar, quería tener contacto con el. Me vestí, para escaparme no iba demasiado camuflada... llevaba unos tejanos rosa, una camiseta de tirantes, mi sudadera rosa con la textura de un leopardo dibujada en ella y mis bambas negras, me pinte los ojos de un color oscuro, casi negro, pero sin exagerar y me alise el pelo y peine, eso me hizo recordar que debía meter la plancha de pelo en la mochila. Por fin estaba lista para irme, daba igual que mi ropa llamase un poco la atención, total, no estoy en la guerra, y si pude soportar la paliza de anoche, podía superar las que viniesen... cogí mi guitarra, la mochila y una caja de galletas y me fui de ese infierno, de nuevo...

Llevo horas andando y no se donde voy, no se donde estoy y no se que hacer... Cuando salí de mi casa aun tenia la esperanza de que el hombre aquel del teléfono que me iba a ayudar cumpliera su palabra, pero a medida que andaba esa idea se me iba de la cabeza hasta llegar aquí, sin ninguna idea, con todo el cuerpo magullado, perdida, sola y sin ningún sitio donde ir. Aun quedaban dos horas para que llegaran mis padres, me replantee mas de una vez volver, dar marcha atrás una vez mas y aceptar que tendría que vivir en un infierno... Pero no, soy fuerte, ya no soy una niña y yo sola me puedo cuidar! Me dije a mi misma, pero ¿para que mentirme? No era nada de eso... soy debíl, aunque no lo demuestre, no soy una niña porque soy una niñata y sola no me puedo cuidar aunque tuviese todo el dinero del mundo. Por fin conseguí evadirme de absolutamente todo de la manera mas fácil del mundo, sentándome en el césped de un parque inmenso, me senté en el borde de un lago que estaba justo en el centro de ese lugar mágico, nunca había estado allí... no había contaminación, no había gente, no había casi farolas, tan solo había magia y encanto, era inmenso, me costaba de creer que con lo grande que era no hubiese nadie, todo verde por culpa de la hierva que estaba muy bien cuidada, habían arboles por todas partes y había una zona que hasta parecía un pequeño bosque y por ultimo estaba el, sí, el lago, era grande, el agua parecía cristal fundido, si me fijaba hasta podía ver las burbujas que hacían los peces al nadar, también había una pequeña isla en medio, y sapos, pensaba en besarle y a ver si así aparecía un príncipe que me llevara a su castillo montada en un caballo y al final fuéramos felices y comiésemos perdices como en los cuentos, ese sitio parecía de cuento... pero no tenia que mentirme, esto es la realidad y los cuentos es la fantasía de alguna persona que, quizás, sueñe demasiado.

Genial! Me había quedado dormida en ese pedazo de paz... normal, había dormido poco, aun estaba mal herida y encima estaba acostumbrada al infierno... ya estaba oscuro, miro el reloj y madre mía... son las 9 de la noche, lo que me faltaba... ya no había marcha atrás, si volvía a casa moriría y si no volvía no se que pasaría así que me quedo aquí...la pregunta es: ¿donde dormiré? Sin darme cuenta había empezado a hablar sola, todo lo que pensaba lo estaba diciendo en voz alta .

-Supongo que conmigo...-me giré y lo vi, era... era... decir guapo es poco, tenia el pelo oscuro y los ojos eran muy parecidos a los míos, verdes clarito, era alto y delgado, quizás demasiado delgado, pero sus brazos eran fuertes, su ropa indicaba que no era ni rico ni pobre, que era una persona simple y también un chaval joven, de unos veinti algo...
-¿contigo? ¿tu quien eres?-dije levantándome deprisa
-El que te iba a ayudar...
-Pues no pareces muy convencido al decirlo, que me se cuidar sólita eh! Me puedo ir y ya -le dije con una sonrisa.
-¿porque ríes?
-Porque soy feliz...
-¿Y porque eres feliz?
-Porque estoy en un parque a solas con el chico mas guapo que he visto en mi vida y no me volverán a dar palizas
-Vaya... vamos- me parece que como se lo dije fue demasiado directo, creo que el, que me conocía estaba mas asustado que yo
-No, antes dime donde vamos
-Creo que no estas en condiciones de exigir demasiado ¿no?- me miro a los ojos y esta vez el que sonrió fue el y la que se quedo con cara de tonta fui yo, pero asentí con la cabeza y me limite a seguirle. Nos montamos en un coche y nos fuimos.

Paso de vivir en una casa de cincuenta mil metros cuadrados, bueno... no soy demasiado buena para esos temas... mejor decir que paso de vivir en una casa enorme a un pequeño piso.

-Tu otra casa era mejor, pero yo no tengo tanto dinero para comprar una igual...-dijo mientras dejaba mi bolsa y mi guitarra encima del sofá
-No, mi otra casa no era mejor...
-Pero...pero si era mas grande...
-Ya, pero esas paredes estaban intoxicadas...
-¿como? No te entiendo -este chico no parecía tener muchas luces, creo que le tendría que dar unas cuantas clases...
-Pues no es complicado, las paredes de esa casa tenían guardadas en ellas un repertorio de mis gritos cuando me pegaban, el suelo de ese lugar estaba manchado de mi sangre, no hay un objeto, un lugar de esa casa que no este impregnado de algo malo para mi...-el chico, el cual aun no sabia nada de el, quedo cayado y encendió la tele, supongo que para eliminar la mala atmósfera que se había creado en unos segundos, en tan solo unas palabras.

Me enseñó mi habitación, era la segunda mas grande, estaba al lado del cuarto de baño y tenia una ventana que daba a un patio comunitario, era de color rosa, como si me hubiese estado esperando... había un armario, un escritorio, una tele, un espejo, la minicadena, estanterías, colgadores, una silla y lógicamente la cama. Allí puse las cosas, deshice la mochila, no me llevo mucho tiempo ya que no traía demasiadas prendas de ropa... deje la guitarra en un lado y el portátil en el escritorio, mas tarde apareció ese chico y me dijo que fuese al salón, llegaba la hora de hablar, no sabia si estaba preparada, pero la intriga me mataba.

-Bueno... -este chico definitivamente era un desastre.
-¿tengo que hablar yo? ¿como te llamas?
-no te interesa mi nombre...
-Claro que me interesa! Dime como te llamas -Su nombre si que tenia derecho a exigirlo
-Dime tu nombre
-Eso te lo estoy diciendo yo
-Por favor, dime tu nombre entero...-me miro tan dulce que no pude evitar decírselo
-Naiara Soolent Strich
-Lo imaginaba...
-¿El que?-estaba claro, ese chico ocultaba algo...
-Que te llamabas así. Tienes unos apellidos extraños...
-Mi padre es ingles y mi madre Alemana, es normal
-y tu Española...
-No me cambies de tema,¿como te llamas?-le dirigí una mirada que agujeraría las paredes, no se me daba nada mal esa mirada
-David
-¿David que mas?
-¿para que quieres saberlo?
-Tu me has preguntado los míos y te los he dicho sin preguntar tanto.
-David Gimenez García
-Los tuyos son demasiado normales...-nos quedamos callados, un silencio molesto.
-Tienes 15 años ¿verdad?
-Sí, y tu 24 ¿Verdad?
-No... tengo 21
-Uy! Casi acierto -se rió, David era un ángel... era tan guapo... era de película... me encantaba, y eso me daba miedo
-Tenemos un problema
-¿solo uno?
-Si te ven conmigo van a creer que te he secuestrado
-yo...
-Tranquila, eso tienen que pensar pero no de mi
-¿como? ¿Que dices?

David me explico su plan, y no me gustó, era una mierda, tan solo con oír el final me daban ganas de tirarme por la ventana de ese octavo piso ¿que como era el final? Acababa de nuevo en mi infierno particular y se suponía que el mas a delante me ayudaba legalmente a salir de allí. Me niego, no pensaba hacerlo, me han estado pegando palizas desde los primeros instantes de mi vida, ahora me da igual lo que sea legal o no, no me importa pisotear las leyes, no me da miedo. Aunque, supongo que a el si...

-Si quieres me voy de aquí, pero nunca cumpliré tu plan
-¿¡porque!? -si es que hasta indignado me derretía...
-Quizás porque acabo de nuevo en un sitio donde casi me hacen cenizas!! solo quizás eh!-me puse muy nerviosa, le pegue una patada a algo
-no toques eso! -lo dijo muy nervioso y recogiéndolo rápidamente
-No pienso tocar nada mas en este sitio! Me voy!-me cogió de los brazos y me zarandeo, no le tenia miedo así que le miraba descaradamente.
-¿¡eres tonta?!¿¡Te van a dar muchos mas ataques de estos?!¡yo creía que eras inteligente!¡Deja de comportarte como una niñata inmadura!
-A lo mejor es lo que soy, una niñata inmadura y estúpida
-Tu no eres así, a si que dejar de serlo- después de eso todo pareció calmarse, no se escuchaba una voz y los dos nos sentamos en el sofá, hasta nos sentamos de la misma forma...
-¿porque? -rompí el silencio, me molestaba demasiado...
-¿que?
-¿que porque me quieres ayudar?¿porque sabes tantas cosas de mi? ¿porque parecía como si me estuvieses esperando?¿quien eres?¿porque me conoces?¿porque lo sabias todo?
-Son demasiadas preguntas...
-Y a ninguna me vas a contestar ¿verdad?
-Lo siento...
-No te preocupes, yo las averiguaré -dije levantándome, y antes de ir a mi habitación el me dijo algo
-Recuerda que estamos en el mismo equipo.

Ya he cenado y me voy a dormir, a sido un día demasiado estresante, deshago la cama y me acuesto, voy a empezar a darle vueltas a mi cabeza como siempre, pero hoy alguien me interrumpe, por lo menos no lo hace para pegarme...

-Buenas noches peque -me dijo eso, me dio un beso en la frente, me tapo bien y apago la luz
-Igualmente... -al oírme contestar se fue. Nadie me había deseado las buenas noches... nadie me había dado un beso en la frente... poca gente me había besado...
Volví a pensar, y lo primero que se me paso por la cabeza fue una pregunta: ¿se preguntaran mis padres donde estoy? No se porque, después de 15 años dándome palizas, aun me preocupo porque me quieran... bueno, tan solo a veces... Tenia demasiado sueño para seguir pensando, pero antes se me ocurrió algo... ¿y si busco en Internet a David? A lo mejor era un narcotraficante que me quería para pasar droga de país a país, a lo mejor quería vender mi riñón... no se porque pero no podía acabar de creer que me quisiera ayudar sin nada a cambio... todos me han querido siempre por interés y no creo que el sea distinto...

lunes, 18 de enero de 2010

Capitulo 1

CAPITULO 1



Escribo una canción
en este rincón
esta es mi presentación
antes de que empiece la acción


Otra noche sola, mi casa ya no me da miedo, te acostumbras a la soledad de la oscuridad, a que las paredes te miren disimuladamente, a que el cielo te proteja, cuando desde los 5 años tus padres te dejan sola en casa cada día. Mi padre y mi madre para lo único que me hablaban y para lo único que me siguen hablando ahora, es para decirme todo lo que he hecho mal, lo desastre que soy y lo estúpida que he salido, y para lo único que me miran o tocan es para pegarme. No se como podría aguantar en esta casa sin mi guitarra.

Barcelona tiene todas las farolas encendidas y me asomo a la ventana, acabo de dejar la guitarra encima de la cama, pues, me duelen demasiado los dedos como para seguir componiendo... Miro a fuera, veo absolutamente toda la ciudad iluminada, las luces parecen pequeñas luciérnagas en el bosque que esperan a que el sol del día brille mas que ellas, pero las grúas rompen ese precioso paisaje y los coches ese silencio que tanto quería sentir. ¿nunca habéis cerrado los ojos muy fuerte y habéis deseado que toda tu vida fuese un sueño? Yo hago eso todas las noches. Para tener 15 años, mi vida es bastante mala, y ya he pasado por situaciones que hubiese preferido no contemplar, ni sentir, nunca. Nadie sabe que pasa en mi casa, que es lo que me hacen dentro de estas cuatro paredes que por fuera aparentan un hogar feliz y agradable, pero que por dentro es el infierno en su temperatura mas alta. Vivo en un bario de gente con dinero, casas lujosas, con dos plantas y un jardín inmenso, tengo una habitación que es como el salón de una casa normal y corriente, con grandes balcones, mi habitación esta toda pintada de rosa, con manchas representando la textura de la piel de un leopardo, la mayoría de las cosas que tengo son de leopardo cebra, azules, rosas o de colores, y sin dejarnos todo lo que tengo de Hello Kitty y Bob Esponja, creo que soy demasiado infantil. Volviendo a la casa, mas bien, a mi calle, simplemente no pega nada conmigo, donde va alguien como yo, que de refinada tiene poco, en un bario lleno de gente importante, delicada y, resumiendo-lo todo, de ricos sin sentimientos. Mi padre es dueño de la mejor clínica privada de Barcelona y Madrid, ya que tiene su clínica en dos lugares distintos, y mi madre es abogada, una prestigiosa abogada que todo el mundo quiere en su juicio, quien diría que en un ambiente como el mio se esconda un nido de sufrimiento, dolor y llantos, como el que tengo aquí montado...
Mientras miraba por el balcón sonó el teléfono.

-Quien es? -dije a la vez que cogía el teléfono y me lo colocaba en la oreja
-Alguien. -me contesto una voz de hombre, pensé que, de nuevo, era un bromista
-Las bromas se las vas a hacer a tu madre, no esta el orno para bollos
-Se lo que pasa... -me contestó, con una voz dulce, aunque, por muy dulce que fuera me empezaba a dar miedo
-No pasa nada, así que es imposible que lo sepas... -le dije, insegura de mi misma. Se me daba bastante bien mentir, lo tenia que hacer a menudo con mis padres para que no me pegaran.
-Tus prestigiosos padres te hacen cosas malas...
-Mentira! Mis padres me quieren! Mis padres son buenos conmigo! -le dije indignada, intentando creerme yo misma mis palabras para darme ánimos... Por el teléfono nadie hablaba, pero sabia que no habían colgado, de repente, la bomba que tenia dentro de mi estallo y eché a llorar mientras al teléfono le repetía una y otra vez: -me quieren... mis padres me quieren...-caí al suelo con el teléfono en las manos, ¿quien era esa persona? ¿Porque hacia esto?
-No llores, no quiero que llores... tranquila, no te haré daño, eres demasiado importante para mi... -cuando oí esas palabras llore aun mas, pensaba que me iba a inundar en mi propio mar de lagrimas... las palabras mas bonitas dirigidas a mi me las había dicho alguien que no sabia quien era.
-¿quien eres?¿porque me dices esto?¿que quieres?¿como sabes todo? -le pregunte nerviosa
-Demasiadas preguntas peque, y a ninguna de ellas te puedo contestar...
-Por favor... por favor... -le rogué entre sollozos, pero fue en vano- ¿que quieres?¿quien eres?
-Lo siento... dentro de poco llegaran tus padres... suerte
-¿suerte?¿suerte? -le dije aumentando cada vez mas mi tono de voz hasta gritar- no puedo tener suerte! Llegan y me pegan! Y alguien que lo sabe y no se quien es, ni si me va a ayudar, ni nada!
-Te ayudare -me contesto con la misma voz dulce del principio
-¿cuando?¿cuando este muerta?
-No digas eso... -Quería seguir hablando con esa persona, no sabia quien era, pero el sabia todo lo que me pasaba... era como si en el si que pudiese confiar... pero, oí la llave de la puerta y corrí en colgar y llegar a mi habitación.

Las 3 de la mañana y yo sigo despierta, tumbada en la cama, acurrucada hasta tapar mi cabeza y con cientos de peluches encima, todo esta a oscuras, ya ni me entra luz por la cristalera del balcón, en la calle solo queda gente que se ha ido de fiesta... Todo estaría en silencio si no fuese por la voz de una señora, no entiendo bien lo que dice, tampoco le presto demasiada atención, se que son mis padres viendo la tele. Esta noche tampoco me había librado de sus palizas... mi padre se había emborrachado y nada mas llegar a venido a por mi ¿sera su forma de desahogarse? No se... pero tampoco quiero llegar mas allá... Mientras no muevo casi la postura que tengo, escucho a alguien levantarse, cierro los ojos con miedo, pero dejo de escuchar a la señora del televisor, así que mis padres se van a dormir... o eso espero...

-aah! Ooh! Sii! Sigue! -escucho gemir a mi madre al instante...

Lo que me faltaba para rematar esta noche, escucho a los maltratadores de mis padres como hacen el amor... Estrecho un cojín fuerte contra mi cara, cualquiera que me viera pensaría que me intento ahogar, desaparecer de este mundo, por culpa de la maravillosa vida que llevo, lógicamente, lo de “maravillosa” lo digo irónicamente, pero no, lo único que intento es no escuchar esos gemidos, pero lo sigo haciendo, no con tanta intensidad como antes pero siguen presentes. Esos ruidos me hacen pensar, la verdad es que la gente creé que yo pienso poco, pero lo hago mucho, quizás demasiado... Llegando a donde quería llegar, pensaba en como seria, como todo cambiaría, si ahora tuviese un hermano pequeño... ¿dejarían de pegarme o le pegarían a el también? Y ¿si tuviese un hermano mayor? El seguro que me defendería... pero, ¿para que seguir imaginando eso? No tengo ningún hermano mayor y no creo que vaya a tener ninguno pequeño... Definitivamente estaba sola en este mundo... bueno, a lo mejor también tenia al hombre ese del teléfono...

Las 7 de la mañana y acabo de despertar, hasta yo me pregunto porque estos días duermo menos que nunca... supongo que mis heridas iban afectando a mi sueño, o algo por lo parecido. Tenia suficiente con mis problemas como para ponerme mas. Un ruido me esta molestando, o mejor dicho, un zumbido, meneo como una verdadera idiota las manos por todo mi contorno, intentando cazar una mosca que ni siquiera existia, y como era de esperar, fue una tontería porque el ruido seguía hay. Miro al ordenador y de hay provenía, la tarde anterior me lo había dejado encendido y así había permanecido hasta esta mañana. Me siento un rato ante la pantalla iluminada, miró mi correo, no hay nada en el, y decido conectarme. No tenia demasiada gente agregada, pero era la gente en la que podía confiar, escasa. Nada mas conectarme es una locura total, quince conversaciones se me abrieron a la vez, esas direcciones de coreo no las conozco, ¿se habían agregado solas? Lo mas extraño, lo que mas me sorprendía, fue su contenido... en cada una de ellas hay una parte del mensaje, solo tengo que conseguir ordenarlas, leer lo que pone y hacer lo que ponga o lo que sea que pase con ese mensaje. ME estaba poniendo muy nerviosa, no conseguía encajar las palabras, hasta que las apunte todas en una libreta, me tranquilice y conseguí hacer la frase.

No temas de mi, sabes quien soy. Huye, yo te ayudare, vendrás conmigo, te necesito salvar de donde estas...

Me sorprendieron esas palabras, podría hacerles caso, total, no perdía nada, pero también podría ser una trampa para conseguir algo de mi... un momento... ¿quien querría conseguir algo de mi? Como no quisieran un riñón, o los dos... o un ojo, el color de mis ojos es bonito, o un hígado, también pueden querer un pulmón o se quieren adueñar de mi corazón, podría ser una secta satánica o alguna que me quisiera llevar a Marte a investigar porque sabe que yo aquí no tengo mucho que hacer... Definitivamente estaba siendo mas paranoica que nunca, me senté en la cama y pensé detenidamente mientras las yemas de mis dedos rasgaban las cuerdas de la guitarra, lo haría, y esa misma tarde, cuando mis padres se fueran a trabajar cogería mi guitarra, algo de ropa y saldría por la puerta, saldría del infierno y no volvería nunca jamas.

Las seis en punto de la tarde, no sabia donde iba, no sabia con quien iba y tampoco sabia que iba a hacer aya donde fuera, así que decidí no llevar demasiadas cosas, metería una camiseta y unos pantalones dentro de la funda de la guitarra y dentro del bolso, espero que con quien me fuera me comprara un poco de ropa o por lo menos, que no me pegara... Cojo las cosas y salgo de mi casa, no sabia donde ir, del hombre ese solo había escuchado la voz ¿como le reconocería?¿como sabría que de verdad había venido? Me senté en el escalón de la puerta de mi casa, esperaba que alguien me viniera a buscar, pero nada... las nueve y cinco minutos, vi el coche de mi padre, detrás de el venia el de mi madre, me apresure en levantarme, sacar la llave de mi bolsillo e intentar encajarla en la cerradura de la puerta, temblaba, las cosas se me caían y la llave parecía que fuese veinte centímetros mas grande de lo normal, tenia miedo, por mi mente pasaban un montón de imágenes de las palizas que me habían dado antes y no dejaba de pensar que como se enteraran esta vez seria mucho peor que las anteriores. Demasiado tarde, una mano se poso en mi hombro, ese movimiento de mi padre hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, en ese patio había un inquietante silencio hasta que mi madre rompió ese silencio.

-Que haces fuera de casa y con la guitarra?
-Nada, quería tocar mientras me daba el aire... -mentí una vez mas
-¿Como te tenemos que enseñar que eso no se hace? -me dijo mi padre sin mover ni un milímetro la mano de su lugar
-Yo... lo siento -ya sabia que disculparme no serviría de nada, pero, si no tienes nada que perder, arriesgate.
-Tendremos que darte una lección a ver si lo entiendes de una vez por todas -dijo mi madre con esa voz que perforaba mis tímpanos, era tan aguda y escalofriante... como el ruido que se causa cuando rascas una pizarra con las uñas
-Yo... Yo... os odio, sois lo peor, cuando os vaya a matar no me supliquéis, porque no servirá de nada -esas palabras de ira les hicieron reír a ellos dos
-Niña no toques los cojones y vamos para dentro!
-Prometo que por el ultimo lado que circule vuestra sangre sera por mis manos
-Esta cría impertinente tiene metida el diablo dentro, hagamos que salga -dijo mi madre mientras me metían dentro de casa.

-Ah! Soltarme! Dejarme en paz! Ya me habéis pegado muchas veces! Desatarme! -gritaba y gritaba pero por mas que lo intentase y por muy fuerte que lo hiciese, no servia de nada, absolutamente nadie me ayudaba y todos los que estábamos en esa sala sabíamos que pasaría. Patadas, puñetazos, una poca de mi sangre y el final de una nueva paliza. Pero esta vez no era igual, estaba atada intentaba liberarme de esas cuerdas que me ataban a la silla, pero no había manera, intentaba poner la mente en blanco, hasta intente desmayarme para no sentir el dolor, pero fue inútil, mis ojos verdes estaban mas abiertos que nunca y de ellos caía agua, mis labios no paraban de emitir gritos, mis oídos solo escuchaban a esos dos señores, que decían ser mis padres, riendo y planeando como seria mi sentencia de muerte, mis manos tan solo notaban las cuerdas que las ataban y mi corazón... mi corazón sentía el dolor mas fuerte que había sentido hasta ahora, en estos instantes podía pensar que iba a morir, que seria el ultimo sonido que escuchara, el ultimo rayo de luz que viera y el ultimo cigarrillo que olería... un momento, ¿cigarrillo? ¿estaban fumando? ¿porque fumaban si me iban a pegar? Mi llanto se volvió mas desenfrenado, mis gritos eran mas altos y consecutivos mis manos se movían mas rápida y torpemente en busca de la libertad, pero nada servia de nada, los dos se acercaban a mi con sus cigarrillos encendidos en la mano, y estaba claro lo que me iban a hacer, iban a clavármelos en el cuerpo hasta que mi piel se quedara en simple polvo que después barrerían como si no hubiese pasado nada...