lunes, 18 de enero de 2010

Capitulo 1

CAPITULO 1



Escribo una canción
en este rincón
esta es mi presentación
antes de que empiece la acción


Otra noche sola, mi casa ya no me da miedo, te acostumbras a la soledad de la oscuridad, a que las paredes te miren disimuladamente, a que el cielo te proteja, cuando desde los 5 años tus padres te dejan sola en casa cada día. Mi padre y mi madre para lo único que me hablaban y para lo único que me siguen hablando ahora, es para decirme todo lo que he hecho mal, lo desastre que soy y lo estúpida que he salido, y para lo único que me miran o tocan es para pegarme. No se como podría aguantar en esta casa sin mi guitarra.

Barcelona tiene todas las farolas encendidas y me asomo a la ventana, acabo de dejar la guitarra encima de la cama, pues, me duelen demasiado los dedos como para seguir componiendo... Miro a fuera, veo absolutamente toda la ciudad iluminada, las luces parecen pequeñas luciérnagas en el bosque que esperan a que el sol del día brille mas que ellas, pero las grúas rompen ese precioso paisaje y los coches ese silencio que tanto quería sentir. ¿nunca habéis cerrado los ojos muy fuerte y habéis deseado que toda tu vida fuese un sueño? Yo hago eso todas las noches. Para tener 15 años, mi vida es bastante mala, y ya he pasado por situaciones que hubiese preferido no contemplar, ni sentir, nunca. Nadie sabe que pasa en mi casa, que es lo que me hacen dentro de estas cuatro paredes que por fuera aparentan un hogar feliz y agradable, pero que por dentro es el infierno en su temperatura mas alta. Vivo en un bario de gente con dinero, casas lujosas, con dos plantas y un jardín inmenso, tengo una habitación que es como el salón de una casa normal y corriente, con grandes balcones, mi habitación esta toda pintada de rosa, con manchas representando la textura de la piel de un leopardo, la mayoría de las cosas que tengo son de leopardo cebra, azules, rosas o de colores, y sin dejarnos todo lo que tengo de Hello Kitty y Bob Esponja, creo que soy demasiado infantil. Volviendo a la casa, mas bien, a mi calle, simplemente no pega nada conmigo, donde va alguien como yo, que de refinada tiene poco, en un bario lleno de gente importante, delicada y, resumiendo-lo todo, de ricos sin sentimientos. Mi padre es dueño de la mejor clínica privada de Barcelona y Madrid, ya que tiene su clínica en dos lugares distintos, y mi madre es abogada, una prestigiosa abogada que todo el mundo quiere en su juicio, quien diría que en un ambiente como el mio se esconda un nido de sufrimiento, dolor y llantos, como el que tengo aquí montado...
Mientras miraba por el balcón sonó el teléfono.

-Quien es? -dije a la vez que cogía el teléfono y me lo colocaba en la oreja
-Alguien. -me contesto una voz de hombre, pensé que, de nuevo, era un bromista
-Las bromas se las vas a hacer a tu madre, no esta el orno para bollos
-Se lo que pasa... -me contestó, con una voz dulce, aunque, por muy dulce que fuera me empezaba a dar miedo
-No pasa nada, así que es imposible que lo sepas... -le dije, insegura de mi misma. Se me daba bastante bien mentir, lo tenia que hacer a menudo con mis padres para que no me pegaran.
-Tus prestigiosos padres te hacen cosas malas...
-Mentira! Mis padres me quieren! Mis padres son buenos conmigo! -le dije indignada, intentando creerme yo misma mis palabras para darme ánimos... Por el teléfono nadie hablaba, pero sabia que no habían colgado, de repente, la bomba que tenia dentro de mi estallo y eché a llorar mientras al teléfono le repetía una y otra vez: -me quieren... mis padres me quieren...-caí al suelo con el teléfono en las manos, ¿quien era esa persona? ¿Porque hacia esto?
-No llores, no quiero que llores... tranquila, no te haré daño, eres demasiado importante para mi... -cuando oí esas palabras llore aun mas, pensaba que me iba a inundar en mi propio mar de lagrimas... las palabras mas bonitas dirigidas a mi me las había dicho alguien que no sabia quien era.
-¿quien eres?¿porque me dices esto?¿que quieres?¿como sabes todo? -le pregunte nerviosa
-Demasiadas preguntas peque, y a ninguna de ellas te puedo contestar...
-Por favor... por favor... -le rogué entre sollozos, pero fue en vano- ¿que quieres?¿quien eres?
-Lo siento... dentro de poco llegaran tus padres... suerte
-¿suerte?¿suerte? -le dije aumentando cada vez mas mi tono de voz hasta gritar- no puedo tener suerte! Llegan y me pegan! Y alguien que lo sabe y no se quien es, ni si me va a ayudar, ni nada!
-Te ayudare -me contesto con la misma voz dulce del principio
-¿cuando?¿cuando este muerta?
-No digas eso... -Quería seguir hablando con esa persona, no sabia quien era, pero el sabia todo lo que me pasaba... era como si en el si que pudiese confiar... pero, oí la llave de la puerta y corrí en colgar y llegar a mi habitación.

Las 3 de la mañana y yo sigo despierta, tumbada en la cama, acurrucada hasta tapar mi cabeza y con cientos de peluches encima, todo esta a oscuras, ya ni me entra luz por la cristalera del balcón, en la calle solo queda gente que se ha ido de fiesta... Todo estaría en silencio si no fuese por la voz de una señora, no entiendo bien lo que dice, tampoco le presto demasiada atención, se que son mis padres viendo la tele. Esta noche tampoco me había librado de sus palizas... mi padre se había emborrachado y nada mas llegar a venido a por mi ¿sera su forma de desahogarse? No se... pero tampoco quiero llegar mas allá... Mientras no muevo casi la postura que tengo, escucho a alguien levantarse, cierro los ojos con miedo, pero dejo de escuchar a la señora del televisor, así que mis padres se van a dormir... o eso espero...

-aah! Ooh! Sii! Sigue! -escucho gemir a mi madre al instante...

Lo que me faltaba para rematar esta noche, escucho a los maltratadores de mis padres como hacen el amor... Estrecho un cojín fuerte contra mi cara, cualquiera que me viera pensaría que me intento ahogar, desaparecer de este mundo, por culpa de la maravillosa vida que llevo, lógicamente, lo de “maravillosa” lo digo irónicamente, pero no, lo único que intento es no escuchar esos gemidos, pero lo sigo haciendo, no con tanta intensidad como antes pero siguen presentes. Esos ruidos me hacen pensar, la verdad es que la gente creé que yo pienso poco, pero lo hago mucho, quizás demasiado... Llegando a donde quería llegar, pensaba en como seria, como todo cambiaría, si ahora tuviese un hermano pequeño... ¿dejarían de pegarme o le pegarían a el también? Y ¿si tuviese un hermano mayor? El seguro que me defendería... pero, ¿para que seguir imaginando eso? No tengo ningún hermano mayor y no creo que vaya a tener ninguno pequeño... Definitivamente estaba sola en este mundo... bueno, a lo mejor también tenia al hombre ese del teléfono...

Las 7 de la mañana y acabo de despertar, hasta yo me pregunto porque estos días duermo menos que nunca... supongo que mis heridas iban afectando a mi sueño, o algo por lo parecido. Tenia suficiente con mis problemas como para ponerme mas. Un ruido me esta molestando, o mejor dicho, un zumbido, meneo como una verdadera idiota las manos por todo mi contorno, intentando cazar una mosca que ni siquiera existia, y como era de esperar, fue una tontería porque el ruido seguía hay. Miro al ordenador y de hay provenía, la tarde anterior me lo había dejado encendido y así había permanecido hasta esta mañana. Me siento un rato ante la pantalla iluminada, miró mi correo, no hay nada en el, y decido conectarme. No tenia demasiada gente agregada, pero era la gente en la que podía confiar, escasa. Nada mas conectarme es una locura total, quince conversaciones se me abrieron a la vez, esas direcciones de coreo no las conozco, ¿se habían agregado solas? Lo mas extraño, lo que mas me sorprendía, fue su contenido... en cada una de ellas hay una parte del mensaje, solo tengo que conseguir ordenarlas, leer lo que pone y hacer lo que ponga o lo que sea que pase con ese mensaje. ME estaba poniendo muy nerviosa, no conseguía encajar las palabras, hasta que las apunte todas en una libreta, me tranquilice y conseguí hacer la frase.

No temas de mi, sabes quien soy. Huye, yo te ayudare, vendrás conmigo, te necesito salvar de donde estas...

Me sorprendieron esas palabras, podría hacerles caso, total, no perdía nada, pero también podría ser una trampa para conseguir algo de mi... un momento... ¿quien querría conseguir algo de mi? Como no quisieran un riñón, o los dos... o un ojo, el color de mis ojos es bonito, o un hígado, también pueden querer un pulmón o se quieren adueñar de mi corazón, podría ser una secta satánica o alguna que me quisiera llevar a Marte a investigar porque sabe que yo aquí no tengo mucho que hacer... Definitivamente estaba siendo mas paranoica que nunca, me senté en la cama y pensé detenidamente mientras las yemas de mis dedos rasgaban las cuerdas de la guitarra, lo haría, y esa misma tarde, cuando mis padres se fueran a trabajar cogería mi guitarra, algo de ropa y saldría por la puerta, saldría del infierno y no volvería nunca jamas.

Las seis en punto de la tarde, no sabia donde iba, no sabia con quien iba y tampoco sabia que iba a hacer aya donde fuera, así que decidí no llevar demasiadas cosas, metería una camiseta y unos pantalones dentro de la funda de la guitarra y dentro del bolso, espero que con quien me fuera me comprara un poco de ropa o por lo menos, que no me pegara... Cojo las cosas y salgo de mi casa, no sabia donde ir, del hombre ese solo había escuchado la voz ¿como le reconocería?¿como sabría que de verdad había venido? Me senté en el escalón de la puerta de mi casa, esperaba que alguien me viniera a buscar, pero nada... las nueve y cinco minutos, vi el coche de mi padre, detrás de el venia el de mi madre, me apresure en levantarme, sacar la llave de mi bolsillo e intentar encajarla en la cerradura de la puerta, temblaba, las cosas se me caían y la llave parecía que fuese veinte centímetros mas grande de lo normal, tenia miedo, por mi mente pasaban un montón de imágenes de las palizas que me habían dado antes y no dejaba de pensar que como se enteraran esta vez seria mucho peor que las anteriores. Demasiado tarde, una mano se poso en mi hombro, ese movimiento de mi padre hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, en ese patio había un inquietante silencio hasta que mi madre rompió ese silencio.

-Que haces fuera de casa y con la guitarra?
-Nada, quería tocar mientras me daba el aire... -mentí una vez mas
-¿Como te tenemos que enseñar que eso no se hace? -me dijo mi padre sin mover ni un milímetro la mano de su lugar
-Yo... lo siento -ya sabia que disculparme no serviría de nada, pero, si no tienes nada que perder, arriesgate.
-Tendremos que darte una lección a ver si lo entiendes de una vez por todas -dijo mi madre con esa voz que perforaba mis tímpanos, era tan aguda y escalofriante... como el ruido que se causa cuando rascas una pizarra con las uñas
-Yo... Yo... os odio, sois lo peor, cuando os vaya a matar no me supliquéis, porque no servirá de nada -esas palabras de ira les hicieron reír a ellos dos
-Niña no toques los cojones y vamos para dentro!
-Prometo que por el ultimo lado que circule vuestra sangre sera por mis manos
-Esta cría impertinente tiene metida el diablo dentro, hagamos que salga -dijo mi madre mientras me metían dentro de casa.

-Ah! Soltarme! Dejarme en paz! Ya me habéis pegado muchas veces! Desatarme! -gritaba y gritaba pero por mas que lo intentase y por muy fuerte que lo hiciese, no servia de nada, absolutamente nadie me ayudaba y todos los que estábamos en esa sala sabíamos que pasaría. Patadas, puñetazos, una poca de mi sangre y el final de una nueva paliza. Pero esta vez no era igual, estaba atada intentaba liberarme de esas cuerdas que me ataban a la silla, pero no había manera, intentaba poner la mente en blanco, hasta intente desmayarme para no sentir el dolor, pero fue inútil, mis ojos verdes estaban mas abiertos que nunca y de ellos caía agua, mis labios no paraban de emitir gritos, mis oídos solo escuchaban a esos dos señores, que decían ser mis padres, riendo y planeando como seria mi sentencia de muerte, mis manos tan solo notaban las cuerdas que las ataban y mi corazón... mi corazón sentía el dolor mas fuerte que había sentido hasta ahora, en estos instantes podía pensar que iba a morir, que seria el ultimo sonido que escuchara, el ultimo rayo de luz que viera y el ultimo cigarrillo que olería... un momento, ¿cigarrillo? ¿estaban fumando? ¿porque fumaban si me iban a pegar? Mi llanto se volvió mas desenfrenado, mis gritos eran mas altos y consecutivos mis manos se movían mas rápida y torpemente en busca de la libertad, pero nada servia de nada, los dos se acercaban a mi con sus cigarrillos encendidos en la mano, y estaba claro lo que me iban a hacer, iban a clavármelos en el cuerpo hasta que mi piel se quedara en simple polvo que después barrerían como si no hubiese pasado nada...

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