domingo, 24 de enero de 2010

Capitulo 2:



CAPITULO 2



Un golpe como cada día
es el que me desafía
esta vez gano yo
esto? un viaje sin retorno


Quiero gritar, gemir de dolor, pero no puedo, estoy tirada en mi cama, así me han dejado mis padres después de la gran paliza y así me he quedado sin poder moverme, sin poder dormir, sin poder pedir ayuda... La única articulación de mi cuerpo que puedo mover es el cuello, y no quiero hacerlo, pues, cada vez que lo hago veo mi cuerpo el cual esta casi desnudo, lleno de quemaduras, pequeñas marcas redondas que llaman mucho la atención ya que su color negro hace contraste con mi blanca piel... A parte de las quemaduras también hay moratones, mi cuerpo parecía el arco iris... lleno de colores, colores que no eran una buena señal. Debía levantarme, coger mis cosas y salir corriendo, daba igual el destino, daba igual lo que me esperara, cualquier cosa seria mejor que esta pesadilla. Intente incorporarme pero nada mas apoyar un poco de peso sobre mis manos caí de nuevo a la cama, las cuerdas con las que me habían atado habían dejado huella en mis muñecas y a penas las podía mover.

Doce de la mañana y por fin he podido reconfortarme un poco, debía hacerlo quisiera o no, ya que si no moriría de hambre, de sed o me mearía encima. Cuando mis pies descalzos tocaron el frío suelo me di cuenta de que no estaba bien del todo, las piernas se me tambaleaban y los pies parecía que los tenia en una hoguera, extraño, ya que el suelo estaba helado. Mire hacia la ventana, a penas entraba luz y eso que la persiana estaba totalmente abierta, habían nubes negras, era día de tormenta y frío. Hice el camino de mi habitación al baño, después fui hacia la cocina esquivando todos los muebles como si les sobresaliese unos pinchos de tres metros, si los rozaba aunque fuese un rasguño caería al suelo y dudo que pudiese levantarme... Cogí galletas, no quería cocinar, no estaba en condiciones de hacerlo. Cuando volví a mi habitación agarre una mochila, esta vez lo haría mejor que el día anterior, metí ropa y unos zapatos de repuesto en ella, de paso también introduje mi portátil y el cargador, si no me escapaba con ese hombre, el que se suponía que me iba a ayudar, quería tener contacto con el. Me vestí, para escaparme no iba demasiado camuflada... llevaba unos tejanos rosa, una camiseta de tirantes, mi sudadera rosa con la textura de un leopardo dibujada en ella y mis bambas negras, me pinte los ojos de un color oscuro, casi negro, pero sin exagerar y me alise el pelo y peine, eso me hizo recordar que debía meter la plancha de pelo en la mochila. Por fin estaba lista para irme, daba igual que mi ropa llamase un poco la atención, total, no estoy en la guerra, y si pude soportar la paliza de anoche, podía superar las que viniesen... cogí mi guitarra, la mochila y una caja de galletas y me fui de ese infierno, de nuevo...

Llevo horas andando y no se donde voy, no se donde estoy y no se que hacer... Cuando salí de mi casa aun tenia la esperanza de que el hombre aquel del teléfono que me iba a ayudar cumpliera su palabra, pero a medida que andaba esa idea se me iba de la cabeza hasta llegar aquí, sin ninguna idea, con todo el cuerpo magullado, perdida, sola y sin ningún sitio donde ir. Aun quedaban dos horas para que llegaran mis padres, me replantee mas de una vez volver, dar marcha atrás una vez mas y aceptar que tendría que vivir en un infierno... Pero no, soy fuerte, ya no soy una niña y yo sola me puedo cuidar! Me dije a mi misma, pero ¿para que mentirme? No era nada de eso... soy debíl, aunque no lo demuestre, no soy una niña porque soy una niñata y sola no me puedo cuidar aunque tuviese todo el dinero del mundo. Por fin conseguí evadirme de absolutamente todo de la manera mas fácil del mundo, sentándome en el césped de un parque inmenso, me senté en el borde de un lago que estaba justo en el centro de ese lugar mágico, nunca había estado allí... no había contaminación, no había gente, no había casi farolas, tan solo había magia y encanto, era inmenso, me costaba de creer que con lo grande que era no hubiese nadie, todo verde por culpa de la hierva que estaba muy bien cuidada, habían arboles por todas partes y había una zona que hasta parecía un pequeño bosque y por ultimo estaba el, sí, el lago, era grande, el agua parecía cristal fundido, si me fijaba hasta podía ver las burbujas que hacían los peces al nadar, también había una pequeña isla en medio, y sapos, pensaba en besarle y a ver si así aparecía un príncipe que me llevara a su castillo montada en un caballo y al final fuéramos felices y comiésemos perdices como en los cuentos, ese sitio parecía de cuento... pero no tenia que mentirme, esto es la realidad y los cuentos es la fantasía de alguna persona que, quizás, sueñe demasiado.

Genial! Me había quedado dormida en ese pedazo de paz... normal, había dormido poco, aun estaba mal herida y encima estaba acostumbrada al infierno... ya estaba oscuro, miro el reloj y madre mía... son las 9 de la noche, lo que me faltaba... ya no había marcha atrás, si volvía a casa moriría y si no volvía no se que pasaría así que me quedo aquí...la pregunta es: ¿donde dormiré? Sin darme cuenta había empezado a hablar sola, todo lo que pensaba lo estaba diciendo en voz alta .

-Supongo que conmigo...-me giré y lo vi, era... era... decir guapo es poco, tenia el pelo oscuro y los ojos eran muy parecidos a los míos, verdes clarito, era alto y delgado, quizás demasiado delgado, pero sus brazos eran fuertes, su ropa indicaba que no era ni rico ni pobre, que era una persona simple y también un chaval joven, de unos veinti algo...
-¿contigo? ¿tu quien eres?-dije levantándome deprisa
-El que te iba a ayudar...
-Pues no pareces muy convencido al decirlo, que me se cuidar sólita eh! Me puedo ir y ya -le dije con una sonrisa.
-¿porque ríes?
-Porque soy feliz...
-¿Y porque eres feliz?
-Porque estoy en un parque a solas con el chico mas guapo que he visto en mi vida y no me volverán a dar palizas
-Vaya... vamos- me parece que como se lo dije fue demasiado directo, creo que el, que me conocía estaba mas asustado que yo
-No, antes dime donde vamos
-Creo que no estas en condiciones de exigir demasiado ¿no?- me miro a los ojos y esta vez el que sonrió fue el y la que se quedo con cara de tonta fui yo, pero asentí con la cabeza y me limite a seguirle. Nos montamos en un coche y nos fuimos.

Paso de vivir en una casa de cincuenta mil metros cuadrados, bueno... no soy demasiado buena para esos temas... mejor decir que paso de vivir en una casa enorme a un pequeño piso.

-Tu otra casa era mejor, pero yo no tengo tanto dinero para comprar una igual...-dijo mientras dejaba mi bolsa y mi guitarra encima del sofá
-No, mi otra casa no era mejor...
-Pero...pero si era mas grande...
-Ya, pero esas paredes estaban intoxicadas...
-¿como? No te entiendo -este chico no parecía tener muchas luces, creo que le tendría que dar unas cuantas clases...
-Pues no es complicado, las paredes de esa casa tenían guardadas en ellas un repertorio de mis gritos cuando me pegaban, el suelo de ese lugar estaba manchado de mi sangre, no hay un objeto, un lugar de esa casa que no este impregnado de algo malo para mi...-el chico, el cual aun no sabia nada de el, quedo cayado y encendió la tele, supongo que para eliminar la mala atmósfera que se había creado en unos segundos, en tan solo unas palabras.

Me enseñó mi habitación, era la segunda mas grande, estaba al lado del cuarto de baño y tenia una ventana que daba a un patio comunitario, era de color rosa, como si me hubiese estado esperando... había un armario, un escritorio, una tele, un espejo, la minicadena, estanterías, colgadores, una silla y lógicamente la cama. Allí puse las cosas, deshice la mochila, no me llevo mucho tiempo ya que no traía demasiadas prendas de ropa... deje la guitarra en un lado y el portátil en el escritorio, mas tarde apareció ese chico y me dijo que fuese al salón, llegaba la hora de hablar, no sabia si estaba preparada, pero la intriga me mataba.

-Bueno... -este chico definitivamente era un desastre.
-¿tengo que hablar yo? ¿como te llamas?
-no te interesa mi nombre...
-Claro que me interesa! Dime como te llamas -Su nombre si que tenia derecho a exigirlo
-Dime tu nombre
-Eso te lo estoy diciendo yo
-Por favor, dime tu nombre entero...-me miro tan dulce que no pude evitar decírselo
-Naiara Soolent Strich
-Lo imaginaba...
-¿El que?-estaba claro, ese chico ocultaba algo...
-Que te llamabas así. Tienes unos apellidos extraños...
-Mi padre es ingles y mi madre Alemana, es normal
-y tu Española...
-No me cambies de tema,¿como te llamas?-le dirigí una mirada que agujeraría las paredes, no se me daba nada mal esa mirada
-David
-¿David que mas?
-¿para que quieres saberlo?
-Tu me has preguntado los míos y te los he dicho sin preguntar tanto.
-David Gimenez García
-Los tuyos son demasiado normales...-nos quedamos callados, un silencio molesto.
-Tienes 15 años ¿verdad?
-Sí, y tu 24 ¿Verdad?
-No... tengo 21
-Uy! Casi acierto -se rió, David era un ángel... era tan guapo... era de película... me encantaba, y eso me daba miedo
-Tenemos un problema
-¿solo uno?
-Si te ven conmigo van a creer que te he secuestrado
-yo...
-Tranquila, eso tienen que pensar pero no de mi
-¿como? ¿Que dices?

David me explico su plan, y no me gustó, era una mierda, tan solo con oír el final me daban ganas de tirarme por la ventana de ese octavo piso ¿que como era el final? Acababa de nuevo en mi infierno particular y se suponía que el mas a delante me ayudaba legalmente a salir de allí. Me niego, no pensaba hacerlo, me han estado pegando palizas desde los primeros instantes de mi vida, ahora me da igual lo que sea legal o no, no me importa pisotear las leyes, no me da miedo. Aunque, supongo que a el si...

-Si quieres me voy de aquí, pero nunca cumpliré tu plan
-¿¡porque!? -si es que hasta indignado me derretía...
-Quizás porque acabo de nuevo en un sitio donde casi me hacen cenizas!! solo quizás eh!-me puse muy nerviosa, le pegue una patada a algo
-no toques eso! -lo dijo muy nervioso y recogiéndolo rápidamente
-No pienso tocar nada mas en este sitio! Me voy!-me cogió de los brazos y me zarandeo, no le tenia miedo así que le miraba descaradamente.
-¿¡eres tonta?!¿¡Te van a dar muchos mas ataques de estos?!¡yo creía que eras inteligente!¡Deja de comportarte como una niñata inmadura!
-A lo mejor es lo que soy, una niñata inmadura y estúpida
-Tu no eres así, a si que dejar de serlo- después de eso todo pareció calmarse, no se escuchaba una voz y los dos nos sentamos en el sofá, hasta nos sentamos de la misma forma...
-¿porque? -rompí el silencio, me molestaba demasiado...
-¿que?
-¿que porque me quieres ayudar?¿porque sabes tantas cosas de mi? ¿porque parecía como si me estuvieses esperando?¿quien eres?¿porque me conoces?¿porque lo sabias todo?
-Son demasiadas preguntas...
-Y a ninguna me vas a contestar ¿verdad?
-Lo siento...
-No te preocupes, yo las averiguaré -dije levantándome, y antes de ir a mi habitación el me dijo algo
-Recuerda que estamos en el mismo equipo.

Ya he cenado y me voy a dormir, a sido un día demasiado estresante, deshago la cama y me acuesto, voy a empezar a darle vueltas a mi cabeza como siempre, pero hoy alguien me interrumpe, por lo menos no lo hace para pegarme...

-Buenas noches peque -me dijo eso, me dio un beso en la frente, me tapo bien y apago la luz
-Igualmente... -al oírme contestar se fue. Nadie me había deseado las buenas noches... nadie me había dado un beso en la frente... poca gente me había besado...
Volví a pensar, y lo primero que se me paso por la cabeza fue una pregunta: ¿se preguntaran mis padres donde estoy? No se porque, después de 15 años dándome palizas, aun me preocupo porque me quieran... bueno, tan solo a veces... Tenia demasiado sueño para seguir pensando, pero antes se me ocurrió algo... ¿y si busco en Internet a David? A lo mejor era un narcotraficante que me quería para pasar droga de país a país, a lo mejor quería vender mi riñón... no se porque pero no podía acabar de creer que me quisiera ayudar sin nada a cambio... todos me han querido siempre por interés y no creo que el sea distinto...

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